Todo lo que tienes que saber acerca de los paneles solares
Cómo funcionan los paneles solares
Ya sabemos que el sol llega hasta el panel y de ahí, genera energía. Pero esto es un resumen muy simple de todo el proceso que hay detrás. Para que lo entiendas… El panel se encarga de convertir esa radiación solar en energía a través de las celdas fotovoltaicas, que absorben la energía —fotones—. Es a través de los electrones cuando se genera la energía que usarás tú.
Tipos de paneles solares
El más común y más usado es el silicio. A mayor cantidad, más pureza y por lo tanto, absorbe más. Son estos fotones que absorbe, que se combinan con los electrones de la placa, los cuales generan la energía.
Existen tres tipos en el mercado: los monocristalinos —silicio puro—, policristalinos —silicio con otros materiales— y los de capa fina. Los monocristalinos son los más eficientes y mejores pero también los más caros. Además, son la mejor opción para zonas de menor sol.
En el otro lado, los policristalinos son el punto intermedio. Ni tan caros ni tan baratos como los de capa fina. Su eficiencia es menor al tener menos silicio pero eso se demuestra en su precio, comparado con los monocristalinos. Por último, los de capa fina son los low cost de los paneles solares. Estos usan materiales de menor calidad y una fabricación más sencilla, resultando en un precio mucho más bajo.
Ten en cuenta que los de capa fina son los menos eficientes. Los más comunes son los policristalinos, ya que ofrecen la mejor calidad-precio posible. Si tu presupuesto lo permite, los monocristalinos siempre son la mejor opción.
Paneles térmicos, ¿son lo mismo?
Aunque los solares térmicos son similares, no son la misma cosa. Para empezar, los paneles térmicos producen agua caliente gracias a la energía térmica mientras que los paneles solares absorben la energía y la transforman en electricidad. El panel térmico capta energía térmica que produce agua caliente, los paneles solares captan energía solar para producir luz. ¡Por eso son tan distintos!
Los primeros tienen un líquido dentro el cual, al exponerse al sol, se calienta. Es este líquido el que pasa a la vivienda y la calienta. En el caso de los paneles solares, no existe nada más que una placa de silicio. A diferencia del anterior, estos generan energía no calor.
Paneles solares para autoconsumo
Existen dos opciones para su uso: conectados a la red o totalmente independientes. La primera opción es la más común hoy en día, con la que consigues ahorrar en tu factura de la luz al reducir el consumo de luz diurno. En el otro lado, debemos añadir a nuestra instalación las baterías solares. Estas son la parte más cara de una instalación independiente.
A la hora de escoger, debes tener en cuenta tus necesidades. ¿Quieres reducir tu factura sin preocuparte por si te quedas sin luz o no quieres gastar dinero en baterías? Seguir conectado a la red es tu mejor opción. En caso contrario, deberías montar tu instalación independiente contando con el coste de las baterías.