Qué es la transición energética y por qué es importante
El primer paso hacia un mundo mejor es una vida más verde, cambiando nuestras energías por otras renovables. La transición energética es lo que nos ayudará en este cambio.
¿Qué es la transición energética?
Consiste en todos esos cambios necesarios para convertir una economía que funciona con el uso de combustibles fósiles —gas, petróleo y carbón— hacia una más sostenible, con energías renovables. De la transición energética depende nuestro futuro. Si no nos responsabilizamos de nuestros actos, no habrá forma de garantizar el futuro de la humanidad.
Es la quema de combustibles fósiles lo que genera CO2, siendo la principal causa del cambio climático. Hacer la transición energética hacia fuentes más sostenibles y limpias nos ayudará a conservar nuestro planeta.
Por qué es importante la transición energética
La transición energética es lo que nos ayudará a reducir las emisiones de CO2 en la atmósfera, evitando así problemas en la capa de ozono y el aún reversible cambio climático.
Apostando por energías renovables conseguiremos un paso hacia un mundo más limpio y ecológico, más consciente y preocupado por el medioambiente. Si no cuidamos de nuestro planeta, nos quedaremos sin lugar en el que vivir. Debemos asegurarnos de que los bosques perduran ya que ellos son el pulmón de nuestro mundo.
Reduciendo la dependencia de combustibles fósiles aumentamos el eficiencia energética, el uso de las energías renovables y reducimos los costes energéticos. ¡Y todo eso, estimulando la economía del país! Al no tener dependencia por la importación de otros países, se reduce el riesgo de crisis energética.
Retos que nos propone la transición energética
Entre ellos encontramos el más comentado y popular: reducir las emisiones de CO2. Limitando el uso e incluso eliminando los combustibles fósiles —los cuales son finitos—, reducimos las emisiones y mejoramos la salud de nuestro planeta.
No solo conseguiremos mejorar la salud de nuestro hogar, si no también la de la gente que nos rodea. Toda esa contaminación que puede ocasionar problemas se eliminaría de la ecuación. Adiós a las enfermedades respiratorias causadas por la contaminación del aire, olvidemos esos virus que proliferan por culpa del calentamiento global.
La transición energética puede ayudarnos a reducir costes de energía y producción, lo cual permite una mayor independencia energética. De esta forma, los precios serían más ajustados y se evitarían problemas entre los países que exportan o importan.