Gas vs. electricidad en casa: ¿qué te conviene más?
Lo cierto es que no hay una respuesta definitiva ante esta interrogante y dependerá de cada caso particular, aunque sí hay algunas premisas a tener en cuenta. Todo dependerá del tipo de vivienda, la zona en la que se ubica, su tamaño, la cantidad de residentes y sus hábitos de uso energético.
Gas o electricidad, he ahí el dilema
Lo primero a tener en consideración es que no todos los aparatos electrónicos pueden funcionar con gas; por ello es necesario saber en cuáles podemos comparar la luz y el gas. Básicamente son tres en casa:
Calefacción
Como respuesta genérica, podríamos decir que la calefacción a gas es una solución más económica, sobre todo con las mejoras de consumo que suponen las calderas de condensación. Sin embargo, también dependerá de las características propias de cada vivienda, la tarifa contratada y el uso que le demos.
El gas tiene un menor precio, pero implica una mayor inversión para la instalación. Por eso, probablemente para una vivienda pequeña en una zona más cálida no compense contar con calefacción a gas.
La calefacción con gas natural suele ser más eficiente en viviendas de unos 70 metros cuadrados a más, que sean de uso habitual (no segundas residencias) y que estén en zonas templadas o frías.
Agua caliente
El uso de gas para calentar el agua resulta bastante similar que el de la calefacción. Podríamos considerar las mismas características de ubicación, tamaño y uso de la vivienda para recomendar optar por gas o electricidad. Por ello, también podemos decir que como respuesta general el gas resulta una opción más barata… siempre y cuando se cumplan estas características de la vivienda.
Sin embargo, en este caso puede resultar un poco más difícil decantarse por una u otra. También al igual que la calefacción, hay un tema de coste de instalación que se tiene que sopesar y probablemente si no se combina el sistema de calentamiento de agua con el de calefacción, tener gas solo para el agua puede ser muy caro y generar mayor mantenimiento.
En este caso también depende mucho del uso que se haga del agua caliente. Para un consumo bajo de agua caliente, el sistema eléctrico seguramente resultará mejor…pero para el consumo común de una familia media española, el gas se perfila como mejor opción.
Cocina
Una vez más la opción a gas se presenta como mejor solución. Aunque las cocinas eléctricas han ido mejorando y disminuyendo su consumo energético, no logran aún equipararse al consumo de una cocina de gas.
Aquí además hay que tener en consideración que el precio del gas suele ser menor. Asimismo, una cocina de gas permite cocinar en menos tiempo que una cocina eléctrica. Y en este caso, a diferencia de lo que ocurre con la calefacción o el agua caliente, el costo de instalación no es mayor impedimento. De hecho, solo es ligeramente superior a la instalación de una vitrocerámica, pero es 30% más barato cocinar en una cocina a gas que en una vitrocerámica.
Así pues, en términos generales, los sistemas con gas suelen ser más económicos que los eléctricos, incluso a pesar del costo de instalación. Por otro lado, para optimizar aún más los precios, lo recomendable sería unificar ambos suministros con una sola compañía comercializadora.