Autoconsumo: ventajas y desventajas
Mientras esto se pone en camino, ¿has pensado en montar una instalación de placas solares en tu vivienda o negocio para reducir tu consumo de luz? No solo aportas tu granito de arena apostando por la energía renovable, si no que además conseguirás rebajar tu factura de la luz. ¡Todo son ventajas!
¿Cuáles son las ventajas del autoconsumo?
Ya sabemos que la energía solar puede reducir nuestra factura. En las zonas más cálidas, gracias a las placas solares podemos cubrir el 100% de las necesidades. Eso sí, en zonas más frías puede que llegue al 50%… Pero siempre podemos suplirlo con otras energías como la eólica, formando un buen combo.
Cada año, la tecnología empleada en montar paneles solares se ha ido reduciendo hasta llegar al punto en el que cualquiera puede montar una instalación en su hogar. ¡Hace 10 años era impensable! Y lo mejor de todo es su bajo mantenimiento: solo debemos mantenerlo limpio y realizar revisiones una vez al año.
Produciendo nuestra propia energía reducimos la dependencia de la red eléctrica, llegando a pagar menos. Incluso pudiendo llegar a pagar únicamente por los impuestos en tu factura de la luz. Por supuesto, al utilizar energías renovables reducimos las emisiones de CO2. ¡Las energías verdes son la energía del futuro!
Y la parte mala del autoconsumo es…
Una problemática es que la energía es intermitente ya que depende de los elementos. Si no hay sol, no hay energía. Sin aire, no hay energía. ¡Esto es así de simple! Pero por eso no podemos depender únicamente de una fuente de energía. La energía solar y eólica suelen utilizarse a la vez para evitar posibles intermitencias en el suministro.
En las zonas de más sol, instalamos placas solares como fuente principal mientras que la eólica sería el soporte extra. En el lado contrario, la energía eólica sería nuestra fuente principal siendo la solar la secundaria y suplemento.
Si lo que buscas es ser autosuficiente, nuestra inversión se incrementa ya que debemos comprar baterías solares —y esta es la parte más cara—. De todas formas, la inversión inicial sigue siendo una gran problemática para muchos. Se amortiza a los 7-8 años o antes, dependiendo de la energía producida.